Fuente: https://www.emagister.com/
Creo que nadie duda que el teletrabajo o trabajo remoto es la modalidad laboral del futuro. La situación que ha producido la actual pandemia, y la necesidad de mantener servicios y actividades profesionales en momentos de confinamiento o cuarentena, ha acelerado la implantación de esta fórmula de trabajo, propiciando que muchas compañías, aprovechando las nuevas tecnologías, modifiquen sus sistemas para que sus trabajadores y trabajadoras realicen su jornada laboral desde casa.
Aunque el teletrabajo supone un reto de adaptación digital y tecnológica para las empresas, no es menos importante, el notable esfuerzo que muchas personas han tenido que realizar para adaptarse a esta forma de trabajo.
El teletrabajo tiene efectos muy distintos según las características psicosociales de la persona, su contexto familiar y social, o las habilidades para el uso de las tecnologías digitales; de tal modo, que puede constituir una oportunidad –para conciliar la vida familiar y flexibilizar la jornada laboral, por ejemplo– o suponer una fuente de estrés y ansiedad, al encontrarse con dificultades en la gestión del tiempo, la desconexión u otros factores de riesgo laboral derivados de las propias herramientas digitales.
Es por este motivo que será fundamental tener en cuenta una serie de consejos para el teletrabajo.
Los riesgos psicológicos del teletrabajo
Muchas personas, al verse obligadas a teletrabajar, han experimentado efectos negativos que expresan dificultades para adaptarse a esta modalidad laboral:
Dificultades para desconectar.
Agotamiento físico, mental y emocional.
Dificultades para asumir, corresponsablemente, las tareas del hogar, con sentimientos de sobrecarga, culpabilidad y falta de percepción de control.
Dificultades para establecer horarios de trabajo.
Dificultad para diferenciar tiempo de trabajo y tiempo de ocio.
Dificultad para decir que no a llamadas, correos u otras comunicaciones laborales.
Sobreexposición a dispositivos móviles, ordenadores, etc.
Problemas físicos (tensión, dolor cervical, cansancio ocular, etc.)
Alteraciones en el sueño.
Sensación de soledad.
Incremento de la irascibilidad.
Algunas de las consecuencias del teletrabajo en la salud de las personas derivan del uso de las herramientas de comunicación e información, y otras tienen que ver con la propia organización del trabajo.
En el proceso de adaptación a la modalidad del teletrabajo, van a ser decisivas las “habilidades blandas”, como la capacidad de adaptación a los cambios, la gestión del tiempo, el manejo del estrés, la autorregulación emocional, la resolución de problemas, la auto motivación o la autoconfianza, por citar algunas.
El teletrabajo conlleva el uso de nuevas herramientas tecnológicas, que por la propia naturaleza de la tecnología –cambios y actualizaciones rápidas y frecuentes–, suponen nuevas demandas y exigencias, lo que va a implicar un elevado estrés de adaptación y perjuicios para la salud y el bienestar (Alonso Fabregat y Cifre Gallego, 2002).
¿Te sientes perdido o perdida con el teletrabajo?
Bajo la denominación de “tecnoestrés” se engloban distintos efectos psicosociales negativos por el uso de inadecuado y desadaptativo de las tecnologías de la información y comunicación (TIC) y que constituye un riesgo psicosocial laboral (Instituto Nacional Seguridad e Higiene en el Trabajo).
Entre las principales formas de tecnoestrés destaca la “tecnoansiedad”.
Salanova (2003) define la tecnoansiedad como un estado psicológico negativo relacionado con el uso de las nuevas herramientas digitales, debido al desequilibrio entre las exigencias de las tecnologías y nuestra capacidad para responder de forma eficaz a estas demandas.
Esta percepción de no “estar a la altura” de la tecnología puede generar una sensación de amenaza y contribuir al desarrollo de actitudes negativas hacia estas tecnologías, lo que dificulta su uso y aprendizaje y fomenta un bucle en el que cada vez percibimos menor autoeficiencia y autoestima, provocando respuestas evitativas e improductivas, que afecten a un correcto desempeño de nuestro trabajo.
En otras ocasiones las nuevas tecnologías producen, justamente, el efecto opuesto, es decir provocan una dependencia y un uso excesivo de los dispositivos digitales de los que no podemos desconectar.
La necesidad compulsiva de estar mirando el móvil, correos electrónicos, o de estar siempre actualizados en todos los avances tecnológicos, pueden incrementar los efectos negativos de la sobreexposición, el estrés e interferir en el desarrollo de otras actividades de la vida.
Otra de las consecuencias de una inadecuada gestión del uso de estas herramientas es la ”tecnofatiga”, que se manifiesta con cansancio, agotamiento mental y cognitivo, y que dificulta la organización y procesamiento de la información.
Recomendaciones para el teletrabajo
8 Recomendaciones sobre hábitos y actividades
Adaptarse a una nueva modalidad laboral, como es el teletrabajo, requiere nuevos hábitos y organización de actividades:
Destinar y adecuar una zona de trabajo diferenciada que permita la concentración, minimice las distracciones e interrupciones y favorezca una correcta postura corporal: condiciones de iluminación y temperatura, silla ergonómica, equipo informático, teclado y monitor apropiados a los requerimientos del trabajo, protección ocular, etc.
Establecer horarios de trabajo y ceñirse a ellos.
Destinar momentos de ocio y realización de otras actividades de la vida personal, familiar y social.
Limitar la cantidad de horas y momentos de exposición a distintos dispositivos y pantallas.
Mantener hábitos saludables: alimentación, actividad física moderada y regular, descanso.
Cambiar de atuendo, para diferenciar el tiempo de trabajo del tiempo del de descanso, de ocio o personal.
Programar descansos –tiempos de desconexión digital– a lo largo de la jornada laboral.
Practicar técnicas de desactivación fisiológica, como la respiración diafragmática o la relajación progresiva muscular, muy útiles para la prevención del estrés.
10 Recomendaciones psicológicas
Teletrabajar va a requerir atender a aspectos psicológicos, emocionales y conductuales, que favorezcan el bienestar, y que no sean fuente de estrés o carga mental añadida.
Planificar objetivos y metas progresivas, que permitan una exposición y aproximación gradual a la nueva situación. Esto favorece la percepción de autoeficacia, disminuye la ansiedad y potencia la adquisición de conocimientos y recursos personales.
Entrenar la sustitución de pensamientos negativos automáticos, por otros más realistas y adaptativos.
Plantearse el proceso de transición y de aprendizaje de nuevas herramientas tecnológicas con una actitud positiva. Identificando sub-metas, revisando los progresos y reforzando los logros conseguidos.
Consensuar adecuadamente el reparto de tareas, cuidado y apoyo, tanto con las personas del núcleo de convivencia, como con los compañeros de trabajo en red.
Escuchar con empatía y expresar de manera asertiva las necesidades, preferencias o deseos.
Solicitar apoyo, no esperar a que nos sobrepasen las tareas o exigencias.
Reservar determinadas franjas horarias para alta concentración, en la que se minimicen las interrupciones o la atención a otras tareas secundarias.
Negociar y resolver los conflictos y problemas de manera proactiva, centrándose en las soluciones y evitando el enfrentamiento personal.
Propiciar y disfrutar de estados emocionales favorables.
Mantener la comunicación con los compañeros y compañeras de trabajo, fomentando también contactos presenciales periódicos.
Conclusiones
Teletrabajar significa, para muchas personas, un cambio radical en su actividad laboral: cambiará el contexto físico, las relaciones sociales, las herramientas de trabajo o la tecnología, las formas y vías de comunicación, los procesos de aprendizaje, la organización, los horarios… y como todos los cambios, va a requerir de nuestros recursos y habilidades personales.
Es importante recordar que estos recursos y habilidades se adquieren y entrenan, aunque en ocasiones necesitaremos de orientación y estrategias para superar las dificultades de una forma eficaz.
Las psicólogas y psicólogos podemos contribuir a que los procesos de adaptación sean menos complejos y desagradables, y favorecer la adquisición de recursos personales y mejorar el rendimiento y la satisfacción.
Comments