La implantación del teletrabajo es una realidad para muchas empresas, pero existen aún ciertas barreras para que algunas organizaciones y líderes apuesten por este modelo de trabajo. ¿Cuáles son los motivos? Considero que en muchos casos están relacionados con el miedo a una menor productividad de los equipos por la menor capacidad de ejercer un control sobre ellos.
La realidad es que el teletrabajo supone para los líderes un reto muy atractivo: crear una cultura y fidelizar a su equipo desde la distancia, atrayendo al mejor talento sin importar donde esté. Teniendo esto en cuenta, creo que lo más importante para lograr equipos eficientes en remoto es entender las limitaciones de este modelo de trabajo y aplicar estrategias orientadas a superarlas.
Cinco consejos para salvar las distancias
Si tuviera que elegir una sola barrera derivada del teletrabajo ésta sería sin duda la comunicación. Afortunadamente, en la actualidad existen herramientas que pueden ayudar a mantener a los equipos conectados y, en consecuencia, hacerlos más productivos. Pero, además de la tecnología, creo que existen una serie de estrategias que pueden ayudar a implantar un liderazgo a distancia más efectivo.
Hacer un seguimiento diario. Para conocer el estatus de los distintos proyectos en los que el equipo se encuentra trabajando, es muy útil que un miembro del equipo se encargue de enviar una actualización de los temas más importantes del día, cosas pendientes e incluso las tareas clave de la siguiente jornada. De este modo, todos los miembros del equipo estarán informados y se evitarán posibles olvidos o errores.
Fijar objetivos, tareas y fechas de entrega claros. En la distancia es más importante que nunca no dar lugar a la ambigüedad. Y, aunque muchas compañías se han movido ya al trabajo por objetivos, en este modelo esto cobra un sentido especial. Para ser eficientes todos los miembros de trabajo deben conocer exactamente qué se espera de ellos y en qué momento, y así debe establecerse en las llamadas regulares de seguimiento. Solo así todos ellos podrán operar de forma totalmente independiente y lograr los mejores resultados.
Reconocer el trabajo públicamente. La separación física hace que, con frecuencia, los miembros de equipos que trabajan a distancia no reciban palabras de reconocimiento por su trabajo de forma pública, como suele suceder cuando nos sentamos juntos. Por eso, me parece recomendable asegurarse de valorar su contribución siempre que lo consideremos, ya sea en las reuniones o a través de un correo electrónico.
Cambiar el ritmo de las reuniones. Las videoconferencias son una solución muy útil para mantener reuniones desde la distancia. Sin embargo, a través de una cámara no siempre es fácil interpretar gestos o expresiones corporales y cuesta más participar. En este sentido, me parece fundamental estructurar las reuniones incluyendo preguntas abiertas, de forma que todos los miembros del equipo se sientan abiertos a dar su opinión cuando sea necesario y aportar valor a lo que se está tratando.
Trabajar el team building en remoto. Aunque las celebraciones y reuniones informales suelen tener un fuerte componente presencial, no es imposible reforzar el sentimiento de equipo a distancia. Así, existen opciones como organizar eventos sociales vía videoconferencia con todo el equipo, o establecer encuentros informales one to one en los que abordar asuntos más allá de los profesionales.
Cuando hablamos de gestionar personas a distancia debemos dejar claro que el no estar físicamente juntos no implica que la relación, tanto profesional como personal, sea menos estrecha. Con una fuerte cultura corporativa y realizando un importante esfuerzo en comunicación, los líderes pueden establecer vínculos sólidos con su equipo y conseguir empleados motivados y comprometidos.
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